En un mundo volátil, las empresas están obligadas a innovar en sus procesos y adaptarse permanentemente para seguir siendo competitivas. Ante la aparición de negocios disruptivos que surgen saltándose incluso las tradicionales barreras entre sectores y en ocasiones transformando los productos en servicios, las empresas se ven en la tarea de evolucionar tecnológica y culturalmente, creando una estrategia digital que marque el camino de innovación que necesitan.

La innovación requiere revisar procesos para realizar los cambios necesarios y así conseguir los objetivos esperados. Los caminos a escoger por las empresas están en quedarse en digitalización de los procesos de negocio o descubrir si realmente realizan una transformación digital del negocio. Veamos algunas diferencias entre ambas:…

Digitación de procesos: La simple eliminación de documentos físicos que permite a las empresas automatizar procesos manuales y que terminan siendo ejecutadas por aplicaciones verticales estilo BPM´s (Business Process Management) no constituyen en sí un proceso de transformación digital. Si bien agilizan algunas tareas y aportan al cuidado del planeta, requieren mayor optimización en términos de eficiencias y cambios en los procesos.

Digitalización de procesos: Implica usar en los procesos tecnologías digitales y gestionar los datos digitalmente. Esto permitirá tener procesos más eficientes, productivos y rentables (para generar mayores ingresos); y optimizar los costos de la organización, asegurando una mayor satisfacción de los clientes.

Transformación digital del negocio: Significa pensar en el negocio de una manera diferente, utilizando la tecnología digital para diseñar una nueva manera de ofrecer un servicio modificando el modelo de negocio, creando una nueva cadena de valor y siendo disruptivos en la manera en que abordamos, vendemos, soportamos y facturamos a los clientes.

La transformación digital de una organización supone una gran cantidad de retos para la misma en términos de inserción de tecnologías, cambios en la cultura del personal y un alto compromiso de los diferentes niveles jerárquicos. Aun así los beneficios son incontables: mayor valor a nuestros clientes, incremento de ingresos, reducción de costos y optimización de los procesos del negocio que el final traerán un cliente más satisfecho y más fidelizado.

Jose Marcos España
Gerente de Calidad y Transformación empresarial.